En este Fracaso giramos sobre la idea de la culpa. Edipo Rey, tragedia en la que se inspiró Aurelio Delgado para su montaje de La Sed, nos ha llevado a pensar cómo la búsqueda de los culpables se encuentra constantemente con el silencio de algunos inocentes que no quieren culpabilizar ni ponerse en peligro. La cobardía de unos mantiene a los culpables en sus lugares.
También nos dimos cuenta de que ese silencio asociado a la culpa nos instala en una culpabilidad contante a todos, de la que no salimos porque, principalmente, es un engorro y supone mucho trabajo. Llenamos nuestras vidas de imágenes y sonidos que nos impiden escuchar esta culpa y ponerle solución (de ahí el enganche con la ceguera de Edipo). Que la verdad lleve a Yocasta al suicidio y a Edipo a sacarse los ojos son heroicidades tontas, como todas las heroicidades, pero muy simbólicas: saber la verdad es demasiado duro.
¿A quién culpas tú cuando tu vida no va bien?
¿Quién tiene la culpa de todo?
¿No es en uno mismo donde se deben buscar las responsabilidades?
¿Qué importancia tiene que nos preguntemos estas cosas unos pobres bailarines y unos espectadores coolturetas?
jueves, 12 de noviembre de 2009
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